Si estás planeando un viaje al norte de Italia, probablemente te estés preguntando si merece la pena visitar el Duomo de Milán, la impresionante catedral gótica.
¡Por supuesto que sí! Entendemos que es normal que tengas dudas sobre si la Catedral de Milán debe tener un lugar en tu itinerario de viaje por Italia, ya que compite con destinos tan emblemáticos como Roma, Florencia o Venecia, pero nuestra recomendación es que no pierdas la oportunidad de visitar el Duomo si viajas por este país europeo, no sólo por la majestuosidad de la catedral, que por sí sola justifica la visita, sino también porque Milán es una ciudad elegante, artística y conocida como el motor económico y de diseño de Italia.
Piensa por un momento en Italia. Aunque seguramente apareció en tus pensamientos una deliciosa pizza, es posible que tu mente también te condujera inmediatamente a ruinas antiguas y arte renacentista.
Sin embargo, Milán ofrece algo totalmente distinto: una mezcla de historia impresionante y modernidad chic. La Catedral de Milán, el Duomo, es una obra maestra gótica que tardó casi seis siglos en completarse.
A pesar de todo, Milán tiene mucho más que ofrecer. Justo al lado del Duomo, puedes visitar la Galería Vittorio Emanuele II que es una de las galerías comerciales más antiguas del mundo. No es sólo un lugar para ir de compras, aunque allí estén las tiendas de lujo más famosas, es una maravilla arquitectónica con techos de cristal y preciosos mosaicos. ¿Sabías que allí está el famoso mosaico del toro, del que la tradición dice que si giras sobre sus genitales, te trae suerte? Suena gracioso, pero es un ritual que verás hacer a lugareños y turistas.
Si eres un amante del arte, no puedes planear un viaje a Milán sin ver La Última Cena de Leonardo da Vinci. La obra se encuentra en el refectorio del convento de Santa Maria delle Grazie. Sin embargo, tienes que reservar con mucha antelación, porque las entradas se agotan rápidamente.
Además, Milán tiene una vida cultural increíble. ¿Te gusta la ópera? El Teatro alla Scala es uno de los teatros de ópera más prestigiosos del mundo. Aunque no vayas a una representación, visitar su museo ya te da una idea de la historia musical y social de la ciudad.
Y si lo que te interesa es la moda o el diseño, Milán es tu lugar. El Quadrilatero della Moda (el Cuadrilátero de la Moda) no es sólo para quienes viajan con un gran presupuesto. Pasear por sus calles, como la Via Montenapoleone, y ver los escaparates es una forma excelente de descubrir nuevas tendencias.
En resumen, sí, merece la pena visitar el Duomo de Milán, ya que es una de las catedrales más espectaculares que verás en tu vida, pero también te permitirá completar tu viaje visitando lugares turísticos cercanos que te permitirán conocer en detalle el arte mundialmente conocido, la historia gótica y, por qué no, disfrutar de una fantástica comida o cena con vistas a una de las ciudades más conocidas de Italia. Te pica la curiosidad, ¿verdad?
Seamos sinceros, nadie quiere perder su valioso tiempo de viaje haciendo cola, ¿verdad? Por eso es importante que sepas cuánto tiempo te espera en ellas, ya que, inevitablemente, entrar en una maravilla arquitectónica como el Duomo implica pasar por varios puntos de control, y sí, hay diferentes colas dependiendo de lo que quieras visitar.
La fila principal, que debes hacer para acceder al interior de la Catedral, suele ser la más larga, sobre todo en temporada alta (verano, Semana Santa y Navidad). Si llegas a media mañana (entre las 10.00 y las 12.00 horas), es habitual encontrar esperas de 30 a 45 minutos. Sin embargo, hay un truco que te ahorrará mucho tiempo: si ya tienes tu entrada comprada con antelación (que es lo mejor que puedes hacer, como veremos más adelante), puedes ir directamente a la entrada para visitantes con entrada, que suele tener una cola mucho más corta o, a veces, ninguna.
Luego están las colas para las distintas entradas a la azotea. Tienes dos opciones para subir: el ascensor o las escaleras. La cola para el ascensor casi siempre es más larga, ya que es la opción más cómoda y utilizada. En horas punta, puedes esperar fácilmente unos 20-30 minutos, sólo para subir. La cola para las escaleras suele ser más rápida, quizá unos 10-15 minutos. Aquí tu decisión debe basarse en tu capacidad para subir o bajar escaleras y en tu nivel de cansancio.
, dentro de la catedral no hay colas adicionales para ver las capillas principales o la zona del altar, excepto para bajar al Tesoro o al Baptisterio, que son visitas más rápidas y con menos aglomeraciones.
Sí. Subir a la azotea del Duomo es la forma perfecta de terminar tu visita con broche de oro, y además será una experiencia totalmente distinta a la de cualquier otra catedral que hayas visitado en Italia.
Algunas personas se centran sólo en visitar el interior de la catedral, que, sí, es impresionante, pero se pierden la magia de estar en lo alto. Cuando llegas a la azotea, entras en un paisaje de mármol que parece un bosque gótico. Estás literalmente caminando sobre el tejado de una de las mayores catedrales del mundo, y además tendrás la posibilidad de disfrutar de una excelente vista panorámica.
Desde la terraza, tienes la mejor perspectiva de la Plaza del Duomo, la Galería Vittorio Emanuele II y el horizonte de la ciudad. Si tienes suerte y visitas la catedral en un día despejado, podrás ver incluso los Alpes a lo lejos, coronando el horizonte de la ciudad, un contraste único con la arquitectura histórica y los modernos rascacielos de la nueva Milán.
Pero lo que realmente hace que merezca la pena subir a la azotea es la cercanía a los detalles arquitectónicos. Puedes ver de cerca las más de 3.400 estatuas que decoran la catedral y las famosas 135 agujas. Es aquí donde te das cuenta de la increíble complejidad y artesanía que se invirtió en la construcción del Duomo. Es como si el mármol cobrara vida. Estar tan cerca de los pináculos, las gárgolas y, por supuesto, la estatua dorada de la Madonnina, la protectora de Milán, que corona la aguja más alta, es una perspectiva que no obtendrás desde la plaza.
Como hemos dicho antes, recuerda que tienes la opción de subir por las escaleras o utilizar el ascensor. Si te sientes con energía, será mejor que utilices las escaleras. Aunque es un poco cansado, la sensación de ascender lentamente por las paredes y la posibilidad de ver algunos detalles que no se aprecian en el ascensor añaden un toque más aventurero a la experiencia.
Una vez en la azotea del Duomo, tómate tu tiempo. Nuestra recomendación es que pasees por las terrazas, aprecies los detalles de las esculturas y disfrutes de las impresionantes vistas. Desde allí arriba, entenderás por qué esta catedral es una de las joyas góticas de Europa y comprobarás que, sí, merece la pena visitar el Duomo.
Estas son algunas preguntas frecuentes que pueden surgir al planificar tu visita al Duomo y cuyas respuestas debes conocer antes de subir al avión:
La ubicación de la catedral es inmejorable. Alrededor del Duomo, encontrarás una gran concentración de lugares de interés y cosas que hacer cerca de que puedes visitar andando en pocos minutos, lo que es ideal para aprovechar el día al máximo. Éstos son algunos de ellos:
Sí, hay un código de vestimenta y es algo que debes tener en cuenta si no quieres llevarte una decepción y que te denieguen la entrada. Recuerda que, aunque el Duomo es una atracción turística mundial, sigue siendo un lugar de culto activo, una iglesia católica, y por tanto, se requiere una vestimenta respetuosa.
La regla es sencilla: los hombros y las rodillas deben estar cubiertos,tanto para hombres como para mujeres. Esto significa que no están permitidas las camisetas sin mangas, los tops que muestren el abdomen, los pantalones muy cortos ni las minifaldas.
El incumplimiento del código es motivo de denegación de acceso, y no hay nada peor que esperar en la cola sólo para ser rechazado al final, ¿verdad? Es una pequeña precaución que merece la pena tomar.
Si vas a hacer una visita rápida en Milán antes de ir a tu alojamiento o a la estación, debes tener en cuenta que no puedes guardar tu mochila o equipaje dentro del Duomo.
Las catedrales, en general, y más aún en el contexto de seguridad actual, tienen políticas muy estrictas sobre el tamaño de las bolsas y no permiten la entrada con mochilas grandes, maletas u objetos voluminosos. Sólo se permiten bolsas de tamaño pequeño y mediano, por lo que si llevas una mochila de excursionista o una maleta de cabina, tendrás un problema.
Como alternativa, nuestra recomendación es utilizar los servicios externos de consigna disponibles cerca de la Piazza del Duomo. Hay varias empresas privadas y taquillas de autoservicio que te permiten alquilar un espacio por horas o para todo el día. De este modo, podrás disfrutar de la visita con total tranquilidad, sin cargar con pesos innecesarios.
Si tienes previsto llegar a Milán en tren, la estación central (Milano Centrale) también dispone de un servicio oficial de consigna. Planificar dónde dejar tus pertenencias es un pequeño paso que te garantizará una visita más cómoda. ¡No lo olvides!
Sí, ¡sin duda! De todas las recomendaciones que hemos compartido, ten especialmente presente ésta: compra tu entrada al Duomo de Milán con antelación.
La clave para minimizar la espera y sentir que la visita al Duomo ha merecido la pena es comprar la entrada con antelación y considerar la posibilidad de asistir a primera hora de la mañana (justo cuando abre) o a última hora de la tarde cuando el flujo de turistas disminuye considerablemente. Hay dos razones de peso:
Además, al comprar tu entrada para el Duomo de Milán en línea, podrás planificar mejor tu presupuesto y tu tiempo. Hay diferentes tipos de entradas (sólo catedral, catedral y terrazas con escaleras, o catedral y terrazas con ascensor). Elige con calma la entrada que mejor se adapte a tus intereses y horarios para asegurarte una experiencia perfecta.
Por supuesto que sí. Es muy recomendable comprar las entradas del Duomo por Internet con antelación. Las entradas suelen agotarse, sobre todo durante la temporada alta de turismo, y las colas para comprarlas in situ pueden ser larguísimas. Reservando con antelación, ahorrarás tiempo de espera en las colas y te asegurarás la entrada para el día que desees. En resumen, las entradas anticipadas (idealmente con acceso «sin cola») harán que tu visita sea mucho más fluida.
Hay tres elementos de esta maravilla gótica que, combinados, la hacen inolvidable:
La primera es la monumentalidad de su exterior. La fachada de mármol de Candoglia, con sus miles de estatuas y pináculos, es una obra de arte colosal. Es increíble ver cómo el diseño gótico se lleva al extremo, creando un efecto de encaje de piedra.
El segundo elemento, y quizás el más sorprendente, es la sensación de luz y amplitud en el interior. Las vidrieras del Duomo son de las más grandes y antiguas del mundo, y cuando la luz del sol las atraviesa, llenan la nave de colores vibrantes, creando una atmósfera serena, a pesar de la cantidad de visitantes.
Y, por supuesto, el tercer punto es la perspectiva única que ofrece la azotea. No sólo impresiona la vista panorámica de Milán, sino la oportunidad de pasear entre las agujas de mármol y ver de cerca la estatua de la Madonnina, la protectora de la ciudad. Es una experiencia que te permite apreciar cada detalle de la arquitectura y, en conjunto, ofrece una combinación de arte gótico, historia de la ciudad y vistas incomparables que explican por qué el Duomo de Milán merece la pena y justifica completamente el tiempo de la visita.
Si quieres disfrutar de lo mejor de la Catedral de Milán, recuerda nuestras recomendaciones, haz la maleta y compra el billete con antelación para disfrutar de una experiencia única en una joya histórica. ¡No te arrepentirás!
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